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México. La poesía en Yucatán es mucho más que una expresión artística: es una herencia viva que entrelaza la voz de los antiguos mayas con las sensibilidades contemporáneas. Desde los cantos rituales hasta los poemas que se recitan en cafés literarios o aulas universitarias, esta tradición sigue latiendo con fuerza en la península.
Los orígenes poéticos de Yucatán se remontan a los tiempos prehispánicos, cuando la palabra tenía un carácter sagrado. Textos como el Chilam Balam conservan fragmentos líricos que dan testimonio de una visión del mundo profundamente espiritual y vinculada a la naturaleza.
Durante la Colonia y los siglos posteriores, la influencia española moldeó nuevas formas de poesía. Autores como José Peón Contreras y Antonio Mediz Bolio incorporaron elementos románticos y modernistas, sin perder el vínculo con lo regional. Mediz Bolio, en particular, fue pionero en revalorizar la cultura maya a través de sus versos.
Hoy, la poesía yucateca atraviesa una etapa de renovación. Hay un resurgimiento de la poesía escrita en lengua maya, con figuras como Briceida Cuevas y Sol Ceh Moo que han llevado esta expresión a escenarios nacionales e internacionales. Al mismo tiempo, nuevos autores exploran temas como la migración, la identidad y el medio ambiente desde una mirada local y universal.
En festivales, recitales, talleres y publicaciones digitales, la poesía encuentra nuevos espacios y públicos. Lejos de ser un arte olvidado, en Yucatán la poesía sigue siendo una forma de nombrar el mundo y de defender lo propio con belleza y fuerza.
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