Cuba. Este 29 de octubre, la música cubana celebra 95 años de una voz que no envejece, que sigue cantando con dulzura y sabrosura, que sigue siendo símbolo de resistencia, elegancia y raíz.
Omara Portuondo no solo interpretó boleros, sones y filin. Ella los vivió, los transformó, los llevó al mundo entero como embajadora del alma cubana. Desde el Cuarteto d’Aida hasta el Buena Vista Social Club, su voz ha sido puente entre generaciones, entre islas y continentes, entre lo íntimo y lo eterno.
Nacida en Cayo Hueso, con sangre rebelde y oído heredado, Omara rompió moldes, cantó sentada cuando el cuerpo no pudo más, pero con una voz que aún estremece. A los 95, sigue grabando, sigue emocionando, sigue siendo esa novia del feeling que nunca se fue.
Hoy no solo celebramos su cumpleaños. Celebramos que Cuba tiene una diva que es patrimonio vivo, que es mujer de fuerza, que es historia cantada.
Felicidades Omara, porque Omara de Cuba es Omara, siempre sabrosa, siempre cubana.
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