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Cuba. La Villa de la Santísima Trinidad en Cuba es una joya colonial llena de encantos, pasear por sus calles adoquinadas es como viajar en el tiempo y recorrer sus lugares es pensar en el pasado.
Trinidad es una ciudad creativa en la artesanía, así que verá sus callejones con tarimas con los más increíbles objetos de la manufactura local.
Decenas de confortables casas de renta y restaurantes privados rodean su centro urbano, la Plaza Mayor es el corazón de la ciudad, rodeada de coloridas casas coloniales, museos y la icónica Iglesia de la Santísima Trinidad, sus museos, El Romántico (Palacio Brunet) – Una mansión del siglo XIX con mobiliario y objetos de la época colonial, El Convento de San Francisco de Asís– Hogar del famoso Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos y su torre con vistas panorámicas.
La Casa de la Música, ideal para disfrutar de música tradicional cubana al atardecer, el bar La Canchánchara con el cóctel típico de Trinidad (aguardiente, miel, limón y agua) en este rincón histórico.
Hacia el cinturón de la Playa Ancón se levanta una nueva joya, el hotel Meliá Trinidad Península, y en su cercanía El Ancón y El Costa Sur.
Llegar hasta el Valle de los Ingenios – Patrimonio de la Humanidad, es casi obligado, un sitio con antiguas haciendas azucareras y el imponente Mirador de la Torre Iznaga desafiando el tiempo desde su altura.
Su actividad nocturna y cultural tiene fama, por sus fiestas tradicionales y casas de salsa como la Disco Ayala (una discoteca en una cueva natural) los fines de semana, la Casa de la Trova que ofrece música en vivo con son cubano.
Un atractivo es el taller de alfarería de Santander, se pueden ver cerámicas hechas a mano con técnicas ancestrales, es una parada que recrea y agrada, las vasijas de barro de la popular canchánchara son elaboradas en ese taller.
Esta Villa fue declarada ciudad creativa en la artesanía por la UNESCO para orgullo de sus lugareños.
Caminar por Trinidad es un viaje a la historia.
Desde el hotel Cubanacan Las Cuevas se aprecia el paisaje, un lugar para el reposo, donde la buena comida y el servicio invitan a pasar una inolvidable estancia.
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