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Ingredientes
5 litros de leche entera pasteurizada
30 gotas de cuajo líquido
1 cucharada de sal
½ taza de agua
Manta de cielo o gasa
Colador grande o recipiente hondo
Molde para queso (opcional)
Preparación
Calienta la leche: vierte la leche en una olla grande y caliéntala a fuego lento hasta alcanzar una temperatura de 32°C (aproximadamente la temperatura corporal). Remueve constantemente para evitar que la leche se pegue al fondo de la olla.
Agrega el cuajo: una vez que la leche alcance la temperatura deseada, retira del fuego y agrega las gotas de cuajo líquido. Mezcla suavemente con movimientos circulares durante un minuto para distribuir el cuajo uniformemente.
Deja reposar la mezcla: cubre la olla con una tapa o un paño limpio y deja reposar la mezcla en un lugar tranquilo durante 30-45 minutos. Durante este tiempo, la leche cuajará y se formará una masa sólida.
Corta la cuajada: con un cuchillo filoso, corta la cuajada en cubos de aproximadamente 1 cm. Este proceso favorece la liberación del suero.
Calienta nuevamente: regresa la olla a fuego lento y calienta la mezcla suavemente, sin dejar de remover, hasta alcanzar una temperatura de 37°C. Este paso ayuda a que la cuajada se firme y libere aún más suero.
Separa el suero: retira la olla del fuego y deja reposar la mezcla durante 10 minutos. Luego, coloca un colador grande o un recipiente hondo sobre una olla vacía y vierte la mezcla con cuidado. El suero se colará, mientras que la cuajada quedará retenida en el colador.
Moldea el queso: coloca la manta de cielo o gasa sobre el colador, presionando suavemente la cuajada para eliminar el exceso de suero. Puedes utilizar un molde para queso para darle una forma más definida, o simplemente formar una bola con la cuajada envuelta en la manta.
Presiona y refrigera: coloca un peso sobre la cuajada (por ejemplo, un recipiente lleno de agua) para presionarla y eliminar aún más suero. Refrigera la cuajada durante al menos 8 horas, o preferiblemente durante toda la noche, para que el queso adquiera la consistencia deseada.
¡Disfruta de tu queso panela casero! Una vez pasado el tiempo de refrigeración, desenvuelve el queso de la manta y ¡listo para disfrutar! Puedes consumirlo fresco, agregarlo a ensaladas, tacos, quesadillas o simplemente disfrutarlo solo.
El queso panela, un ingrediente esencial en la gastronomía mexicana, se caracteriza por su sabor suave y fresco, su textura blanda y su versatilidad en la cocina. Si bien puedes encontrarlo en cualquier supermercado, ¿te has imaginado prepararlo en casa?
Fuente: Cocina fácil.