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Una nueva terapia desarrollada por AstraZeneca ofrece esperanza a los pacientes que viven con trastorno del espectro de neuromielitis óptica (NMOSD), una enfermedad autoinmune, inflamatoria y rara del sistema nervioso central, que puede causar discapacidad severa, pérdida de visión e incluso la muerte si no se trata de forma oportuna.
El medicamento, cuyo principio activo es Ravulizumab y se comercializa como Ultomiris®, actúa inhibiendo el sistema del complemento C5, una vía inmunológica clave en el desarrollo de la enfermedad.
Su uso fue recientemente aprobado en Costa Rica y se perfila como una alternativa innovadora, segura y eficaz para personas con NMOSD que son seropositivas para el anticuerpo anti-AQP4, el tipo más frecuente.
El estudio clínico internacional CHAMPION-NMOSD, que evaluó el efecto del tratamiento, reveló que ningún paciente del grupo tratado con Ravulizumab experimentó recaídas durante el periodo del ensayo, lo que representa una reducción del riesgo del 98,6%.
Además, se observó una disminución significativa en la necesidad de hospitalización y una mejora general en la calidad de vida de los pacientes.
“El cuadro clínico de esta patología varía según la locación del daño en el sistema nervioso (nervio óptico y médula espinal). Muchos pacientes presentan recaídas o ataques que agravan su condición, afectando considerablemente su calidad de vida, incluso provocando la muerte de nervios u otras células del sistema nervioso. Estos episodios inflamatorios suelen ir acompañados de una acumulación de líquido tisular (líquido que se encuentra entre las células), lo que incrementa aún más el daño en los tejidos nerviosos y al empeoramiento de los síntomas,” mencionó el Dr. Andrés Rojas, director médico de Astrazeneca para Centroamérica y Caribe.
Enfermedad rara, pero devastadora
El NMOSD es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta principalmente al nervio óptico y a la médula espinal.
Provoca episodios recurrentes de inflamación que pueden derivar en ceguera, debilidad muscular, parálisis e incontinencia.
Es más común en mujeres jóvenes y, por sus síntomas, suele ser confundida con la esclerosis múltiple, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento adecuado.
El impacto de esta enfermedad no solo es físico, también emocional y económico. Hay personas jóvenes que, de un momento a otro, pierden la visión o la capacidad de caminar. Poder prevenir nuevas recaídas es crucial para preservar su autonomía”, añadió Johana Vásquez, especialista en neuroinmunología.
En Costa Rica, aunque no hay un registro exacto, los especialistas estiman que hay al menos 30 personas diagnosticadas, y se cree que muchas otras podrían estar sin diagnóstico o recibir uno erróneo. Según la neuróloga, un mal abordaje terapéutico o un tratamiento tardío puede tener consecuencias devastadoras.
Tratamiento práctico y eficaz
Una de las ventajas clave del nuevo tratamiento es su modo de administración. A diferencia de otras terapias que requieren aplicaciones frecuentes, Ravulizumab se aplica por vía intravenosa una vez cada ocho semanas, tras una dosis inicial, lo que reduce la carga para los pacientes y el sistema de salud.
“AstraZeneca sigue comprometida con la investigación innovadora y el desarrollo de terapias que mejoren la calidad de vida de los pacientes con enfermedades autoinmunes. Los pacientes con NMOSD ahora tienen la oportunidad de aspirar a cero recaídas, reduciendo el riesgo de complicaciones severas asociadas con la enfermedad,” añadió el Dr. Rojas.
La aprobación de este fármaco en el país amplía las posibilidades terapéuticas para quienes viven con esta condición, que hasta hace poco contaban con opciones limitadas y de menor efectividad.
Escuchar al cuerpo y actuar a tiempo
Los especialistas insisten en que el diagnóstico temprano es vital para frenar el avance de la enfermedad. Síntomas como pérdida repentina de visión, debilidad en las extremidades o episodios de dolor intenso deben ser motivo de consulta inmediata con un neurólogo.
“Muchos pacientes llegan tarde porque minimizan los síntomas o se automedican. La clave está en reconocer los brotes a tiempo y actuar rápidamente”, finalizó Vásquez.
SÍNTOMAS NEUROMIELITIS ÓPTICA:
Ojos: pérdida de visión, pérdida de visión de colores y dolor con el movimiento ocular
Cerebro: hipo, náuseas, vómitos, mareos y insuficiencia respiratoria
Médula espinal: dolor, debilidad de las extremidades. trastornos sensitivos, adormecimiento, sensación de ardor o pinchazos en las manos, piernas o pies, contracciones musculares involuntarias o espasmos, pérdida de control de la vejiga y el intestino e incapacidad para moverse.
La República