El cambio climático que estamos viviendo representa un riesgo para la salud, especialmente en regiones del mundo altamente vulnerables como América Latina. Las poblaciones de Latinoamérica estuvieron expuestas en el verano de 2022 a un incremento de la temperatura promedio equivalente a 0.38 °C, en comparación con la registrada durante los veranos de los años 1986 a 2000, y cabe agregar que en 2023 la tendencia continuó igual. Este incremento de temperaturas agrava algunos padecimientos como las enfermedades infecciosas, exacerba otras como la desnutrición y genera nuevos riesgos para la salud, lo cual da origen a nuevos desafíos de salud pública.
En el caso de México, durante el periodo 2013-2022 se tuvo un incremento de 140 por ciento en las muertes relacionadas con el calor, tomando como referencia el periodo 2000-2009; asimismo, nuestro país destaca por ser de las naciones latinoamericanas con la mayor tasa de mortalidad prematura atribuible a las PM2.5 en el año 2020.
Estos datos son parte del reporte 2023 de The Lancet Countdown sobre salud y cambio climático en Latinoamérica, publicado recientemente por The Lancet Regional Health – Americas. La revista científica The Lancet es una de las publicaciones médicas más prestigiosas a nivel global; se ha expandido a varias regiones y ha creado Comisiones Lancet sobre temas relevantes en salud. Entre ellas destaca la Comisión Lancet sobre Salud y Cambio Climático, que dio paso a The Lancet Countdown: un esfuerzo de colaboración entre diferentes centros académicos, orientado a la investigación en salud y cambio climático; al que se incorporaron recientemente investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública de México (https://www.thelancet.com/journals/lanam/article/PIIS2667-193X(24)00073-5/fulltext).
En su versión para América Latina, The Lancet Countdown publicó su segundo reporte, el cual proporciona información para fortalecer la comprensión y la respuesta de los gobiernos ante el cambio climático, a través de una serie de indicadores sobre: a) los peligros, exposiciones e impactos relacionados con el cambio climático; b) la adaptación, planificación y resiliencia para la salud; c) acciones de mitigación y cobeneficios para la salud; d) economía y finanzas, y e) compromiso político.
Esto toma relevancia porque en días recientes científicos del Programa de Investigación en Cambio Climático, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México, precisaron que el país estaba experimentando las mayores temperaturas registradas en su historia. Esto podría generar altos niveles de contaminantes del aire y un incremento de las olas de calor (un periodo prolongado de temperaturas extremas que rebasan la temperatura promedio de un determinado lugar), las cuales, de acuerdo con las estimaciones de dichos científicos, serán más intensas y frecuentes.
Lo anterior se confirma en el reporte pues, según la información presentada, entre 2013 y 2022, los niños menores de un año y los adultos mayores de 65 años de América Latina se expusieron, en promedio, a 248 y 271 por ciento, respectivamente, más días de olas de calor; ello, aunado a una mayor frecuencia de los meses de sequía, se asoció a un incremento de 9.9 millones de personas que experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en toda América Latina durante el año 2021, en comparación con el periodo 1981-2010.
En términos de adaptación al cambio climático, México reportó una alta capacidad para responder a emergencias sanitarias; sin embargo, respecto a los indicadores de mitigación del cambio climático, México, al igual que otros países como Honduras, Brasil y Perú, ha mantenido o aumentado el uso de carbón, un combustible fósil con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminación del aire.
Los países de América Latina, incluyendo México, necesitan acelerar una transición energética que dé prioridad a la salud y el bienestar de las personas, reduzca la pobreza energética pero, también, que promueva la eliminación gradual de biocombustibles como el carbono; ello sin duda incrementaría los beneficios ambientales, económicos y de salud. Además es necesario el desarrollo de políticas públicas integrales que disminuyan los impactos en la salud y los costos económicos que actualmente se atribuyen al cambio climático.
Fuente: Instituto Nacional de Salud Pública México