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Hay personas que ayunan voluntariamente por convicciones religiosas, y otras que deciden hacerlo de forma intermitente buscando bajar de peso. Pero luego están también a quienes no les queda otra opción que ayunar porque se van a someter a una prueba o incluso a una intervención quirúrgica.
Se ven obligados a no ingerir alimentos porque, de no hacerlo, no solo pueden alterar el resultado de la prueba si no que incluso podrían estar poniendo en riesgo su propia vida.
¿Para qué pruebas tengo que ir en ayunas?
A menudo tendemos a pensar que únicamente es necesario ayunar antes de un análisis de sangre o de una intervención quirúrgica, pero esto no es así. Existen un buen número de pruebas diagnósticas fuera del laboratorio para las que es imprescindible no ingerir alimentos sólidos o líquidos unas horas antes de la cita.
Para determinadas exploraciones radiológicas se recomienda habitualmente un ayuno previo de 4 o 6 horas, es el caso de determinados estudios realizados en el TAC, en la resonancia o incluso en la sala de ecografías.
Es imprescindible también acudir en ayunas de al menos seis horas a la consulta de alergias, siempre que allí nos vayan a realizar un test de exposición oral controlado con alimentos. Para las pruebas cutáneas no es necesario.
¿Hay que ayunar siempre que se va a quirófano?
No, no siempre. El hecho de que tengamos que guardar ayuno antes de la intervención va a depender de dos cosas: del tipo de anestesia que nos vayan a poner y del tipo de operación.
Si nos van a administrar anestesia local para dormir una zona limitada, por ejemplo para solucionar un pequeño problema dermatológico o dental, no será necesario ir en ayunas como norma general.
Pero si nos van a dormir, ya estemos hablando de una anestesia general o una sedación, incluso si solamente nos van a dormir de cintura para abajo, la cosa cambia y el ayuno pasa a ser algo imprescindible. También si existe la posibilidad de que durante la operación tengan que dormirnos llegado el momento.
¿Qué puede pasar si me salto el ayuno?
Desde recibir un diagnóstico erróneo, con todo lo que ello implica, hasta poner en riesgo tu vida.
Si por ejemplo decides desayunar antes de hacerte un análisis de sangre, habrá parámetros como los triglicéridos, la glucosa, el hierro o las transaminasas que saldrán alterados. La consecuencia es que creeremos que tienes una enfermedad que en realidad no tienes y se te daría un tratamiento que no necesitas pero que puede poner en riesgo tu salud.
Pero si hablamos de una intervención quirúrgica en la que se te va a dormir, el contenido del estómago puede pasar fácilmente a los pulmones por la relajación muscular. Como estarás en coma artificial no se activará el reflejo tusígeno, se producirán lesiones en tus pulmones y además no dejarías pasar el oxígeno hacia ellos. No respetar el ayuno podría costarte la vida en este caso.
Para un análisis de sangre, ¿cuánto tiempo de ayuno hace falta?
Como norma general, con ocho horas de ayuno es suficiente para una analítica. Pero son ocho horas en las que no podrá tomar ni leche, ni zumos ni infusiones; no solamente los alimentos sólidos están afectados.
Si tiene mucha sed podría tomar un vaso de agua durante las horas de ayuno, pero no más.
¿Y para una operación?
Lo habitual es que el ayuno antes de una intervención quirúrgica sea de entre 8 y 12 horas para alimentos sólidos, aunque esto deberá consultarlo porque depende del tipo de intervención al que vaya a someterse. Estaría permitido beber un vaso de agua hasta 2 o 4 horas antes de entrar a quirófano, pero este dato es como norma general.
Fuente: El Mundo.