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La obesidad se ha convertido en una de las pandemias del siglo XXI pero, ¿en qué momento esos kilos de más pueden pasarnos factura? A juicio de la doctora Laura Bartolomé Hernández, médico especialista en Endocrinología y Nutrición, “es difícil encontrar una patología que no sea más prevalente en el sujeto con obesidad, ni una enfermedad cuya gravedad no empeore ante la aparición de la obesidad”.
Así nos lo explica durante una entrevista con Europa Press Infosalus con motivo de la reciente publicación de su libro ‘Pierde grasa, gana vida’ (Roca Editorial), si bien especifica que todos los pacientes vayan a desarrollar alguna complicación, todo dependerá del grado de obesidad, así como de la cantidad y de la distribución de la grasa acumulada, de la edad de la persona, del grado de inflamación de la misma, o de la genética, entre otros factores.
“También depende sobre todo de si esos kilos son de grasa o de músculo. Antes se hablaba mucho del IMC, que al final es una forma sencilla de relacionar nuestro peso con nuestra talla, pero ahora vamos afinando más, y hablamos de ‘composición corporal’ y de ‘exceso de grasa'”, precisa esta doctora.
Dentro de la grasa diferencia varias zonas: la subcutánea, repartida por el cuerpo, por ejemplo en la zona de muslos o glúteos, y que no tendría tanta eficacia metabólica; o bien de la grasa de la zona abdominal, y sobre todo es visceral, la que rodea a los órganos, o bien la ectópica, que es la que se mete dentro de los órganos, y ésta es la que nos genera problemas.
“Es decir, el cuerpo está preparado para almacenar grasa debajo de la piel, grasa subcutánea, y cuando excedemos esa capacidad, esa grasa empieza a circular por el organismo y se nos va a zonas que no están preparadas, como alrededor de los órganos (visceral), o dentro de los órganos (ectópica). Aquí es donde está el problema. Esta grasa, cuando intenta crecer y dividirse, se asfixia, y manda señales de alarma a la circulación porque no está preparada, y genera la inflamación crónica”, detalla la doctora Bartolomé, insistiendo en que “todo lo que desata complicaciones a nivel metabólico es un exceso de grasa disfuncional”.
QUÉ SON UNOS KILOS DE MÁS
Para saber si esos kilos que nos sobran nos deben preocupar demasiado, preguntamos a esta endocrinóloga: “El IMC se sigue usando como una aproximación pero el principal problema que tiene es que personas con mucho músculo estarían clasificadas como obesas, cuando no lo son. Una forma fácil y casera de saberlo es midiendo el perímetro de la cintura, que más de 88 centímetros en mujeres, y en hombres más de 102, indicaría un elevado nivel de grasa visceral, que se correlaciona muy bien con un elevado riesgo de enfermedades metabólicas”.
Pero también señala esta experta que, cada vez más, se hace uso de la impedanciometría, un aparato que permite medir la grasa corporal, el nivel de músculo o de agua que tiene tu organismo, así como de hueso. “Ahí obtenemos una buena aproximación, y para seguir a los pacientes es muy útil ir viendo cuando haces una intervención en obesidad que bajen solo de grasa y no de músculo”, apostilla. Dice que también se hacen pruebas de imagen no invasivas, las ecografías, donde se mira grasa y músculo, y si éste está o no infiltrado de grasa.
ENFERMEDADES RELACIONADAS CON LA OBESIDAD
Con todo ello, la doctora Bartolomé recuerda que en la actualidad hay más de 200 enfermedades descritas que bien se desencadenan fruto de la obesidad, o bien se ven agravadas por esta patología.
“Las enfermedades asociadas en las que pensamos son la hipertensión, la diabetes tipo 2, y el riesgo cardiovascular en general, es decir, riesgo de tener un infarto o un ictus”, apunta esta doctora.
Al mismo tiempo que habla del cáncer, especialmente del cáncer de mama, o de endometrio, siendo más frecuentes en la obesidad. “Una de las causas es que como el sistema inmune está intentando defenderse o acudir a las señales de alarma que mandan esos adipocitos viscerales, entonces no está pendiente de destruir a las células tumorales”, explica.
También indica que el desarrollo de cáncer en algunas ocasiones se puede ver igualmente favorecido por otras alteraciones asociadas a la obesidad, como la resistencia a la insulina, o por el aumento de estrógenos que se produce en la grasa periférica; “todo esto hace que haya un ambiente más favorable para el desarrollo de determinados tumores”, tal y como afirma.
Igualmente, la obesidad está asociada a problemas articulares, como la artrosis de rodilla principalmente, al mismo tiempo que se relaciona con problemas de salud mental vinculados al estado de ánimo, como la depresión; “pero también con la fertilidad, así como el hígado graso, con la apnea del sueño”, agrega.
PRINCIPALES ERRORES A LA HORA DE PERDER PESO
Por otro lado, cuestionamos a la doctora Bartolomé cuáles son los 5 principales errores que cometemos a la hora de perder peso, y cita los siguientes:
1. No consultar con un médico especializado en el campo de la obesidad, como los endocrinólogos, o médicos de atención primaria bien formados en este campo, que te pueda estudiar bien y ver qué situaciones o factores te han llevado a esta situación de obesidad, y ver si hay una enfermedad asociada.
2. Intentar adelgazar siguiendo dietas muy estrictas, y que no sean dietas equilibradas, o que le hayan funcionado a un amigo o vecino; así sólo nos jugamos el no conseguir los aportes adecuados de alimentos, e incluso podemos registrar algún déficit nutricional; pero hay situaciones, como la ‘resistencia basal’, fruto de estas dietas restrictivas, de manera que si bajados unos kilos, si mantienes una dieta muy restrictiva, el cuerpo quiere sobrevivir y por mucho que se empeñe la persona no bajará más de peso, sino que se entrará en ‘modo ahorro’, se estancará en esa pérdida de peso, “si al cuerpo no le das el suficiente aporte baja el metabolismo basal, dejas de quemar calorías, y aumentan las hormonas del apetito para intentar compensar”.
3. Hacer intervenciones dietéticas sin pensar que el acompañamiento de ejercicio es indispensable: la grasa está ahí, ocupando espacio pero casi no quema calorías, y el músculo quema calorías hasta cuando dormimos; no se puede plantear una intervención sin prescribir el ejercicio adecuado, y principalmente de fuerza.
4. No prestar atención a otros factores también muy importantes, cada vez sabemos más que el pilar fundamental de la salud es el descanso y el descanso nocturno, el sueño, y otros factores como la microbiota, no se puede ver a un paciente sin ver cómo va al baño y conocer cuál es su tolerancia a determinados alimentos; hay que tratar todos los factores que puedan estar implicados.
5. La desinformación, la gente ya viene habiéndose informado por distintos sitios, que no siempre tienen mucha evidencia científica, cuando las sociedades científicas tienen buenas fuentes de información; cualquiera no puede hablar de estos temas complejos porque las personas al final no distinguen bien un negocio de la evidencia científica.
Infosalud.com